Realidad aumentada
Enriquecer la experiencia, ¿con hongos o con antiparras futuristas? —Por Vik Arrieta
Hola happimessy! ¿Tu febrero viene modo full color o sentís que te estás quedando corta en el disfrute de todo lo rico y abundante que promete el mundo? Si la respuesta es que andás “con gusto a poco”, o que te está costando un montón conectar con el goce de los sentidos (y por ende, con tu capacidad creativa), vengo con hacks. El primero, sencillito, es la frase de la semana:
El propósito de la vida es vivirla, saborear la experiencia al máximo, para llegar con interés y sin miedo a nuevas y ricas experiencias. — Eleanor Roosevelt
Y es un hack porque esta frase es como una llave que nos recuerda que si no nos predisponemos a sentir (o a saborear al máximo la experiencia), no vamos a tener combustible emocional para llegar sin miedo a nuevas aventuras.
Voy a darte un minutito para que esta idea te decante.
Saborear al mango
La idea de que podemos maximizar nuestra capacidad de “saborear una experiencia” no es nueva: hay múltiples drogas que circulan en forma legal o no, que buscan expandir los límites de la percepción. Y últimamente, se ha renovado el interés científico en varias de ellas.
Estuve leyendo una novela muy divertida, llamado “Nine Perfect Strangers”: es una historia intrigante que explora temas de sanación, trauma y la búsqueda de la felicidad, y que expone esta nueva tendencia. Escrita por Liane Moriarty, sigue la historia de nueve extraños que se reúnen en un lujoso retiro de bienestar llamado Tranquillum House. Cada uno de los personajes tiene sus propios problemas y conflictos personales que esperan resolver durante su estancia en el retiro. Sin embargo, a medida que avanza la historia, descubren que la directora/terapeuta, Masha, tiene métodos muy poco convencionales (y algunos secretos oscuros). Pueden ver la serie en Amazon Prime, con Nicole Kidman en la piel de Masha y Melisa McCarthy.
Entre los métodos poco convencionales que utiliza Masha, está el microdosing. ¿Lo escuchaste nombrar?
Microdosing
La microdosis es una técnica que se emplea para administrar medicamentos o fitofármacos con concentraciones de 1000 a 15.000 veces menores a las usadas habitualmente. En realidad se trata del descubrimiento de un mecanismo de acción que no había sido utilizado, que se inicia en las papilas gustativas o en otras zonas sensoriales (piel) transmitiéndose al cerebro glandular hasta las terminaciones efectoras. Es una alternativa de tratamiento, que mediante la administración de pequeñas cantidades de extractos de plantas medicinales (u hongos) en soluciones hidroalcoholicas directamente sobre la punta de la lengua o debajo de la misma (en gotas), desencadena respuestas análogas al efecto que tienen las hormonas en nuestro organismo y que evitan las barreras del hígado y las enzimas. Esto genera que los principios activos que contienen las plantas se transmitan a gran velocidad, de la lengua al cerebro y de ahí a la parte afectada del cuerpo.
Es una forma de preparación que ha cobrado mucha popularidad dadas su facilidad para hacerla y sus pocas posibilidades de provocar daño por dosis inadecuadas, según comparten Moglia y Castiglione, autores de “Microdosis de plantas medicinales: Una alternativa para la utilización sustentable de los recursos vegetales del Bosque Chaqueño”. En Santiago del Estero se utiliza ají picante o del monte, coca, malva, aloe vera y naranjo agrio de esta manera, con resultados positivos.
Microdosis con hongos
El fenómeno de la terapia con microdosis de hongos psilocibios está ganando terreno en Argentina, como una alternativa a los tratamientos convencionales para trastornos de ansiedad, depresión y también trastornos alimenticios. Pero ojo: la posesión y distribución de hongos alucinógenos es ilegal en el país. Todo lo que sucede aún está por fuera del margen, aunque la comunidad médica está observando con interés los posibles beneficios terapéuticos de la psilocibina.
Disclaimer: esta datita no es de ninguna manera una recomendación de uso. Si te interesa el tema, tenés que consultar a tus profesionales médicos de confianza antes de mandarte a probar cualquier cosa en tu cuerpito por tu cuenta, ok? La idea de esta nota es que sepas que esto existe.
Hay estudios que sostienen que la sustancia activa en los hongos psilocibios, podría tener efectos positivos en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas como la depresión mayor y la ansiedad. Sin embargo, aún es necesario realizar investigaciones para evaluar seguridad y eficacia de estos honguitos.
En otros países como Australia ya están empezando a legalizar el uso terapéutico de psicodélicos. En California, son prácticamente un boom. ¿Quiénes lo usan? El rango es amplio: desde magnates de la tecnología que quieren tener “la próxima idea mega millonaria” hasta estudiantes que necesitan un extra de concentración para superar un examen, pasando por artistas y biohackers. La microdosificación está llamando la atención de personas que buscan escapar a las soluciones de la medicina tradicional para la concentración y el manejo del estrés. La búsqueda no pasa (supuestamente) por un escape de la realidad sino que buscaría lo contrario: aprovechar los beneficios de la psilocibina para encontrar nuevas soluciones a los problemas de la vida real, conectar ideas, reducir la ansiedad y crear un espacio mental más tranquilo para que la creatividad fluya. La microdosificación puede mejorar la concentración y la capacidad de atención, permitiéndote trabajar mejor y por más tiempo.
La ciencia aún está investigando, pero hasta ahora las microdosis parecen ser seguras cuando se hacen con responsabilidad. Es importante elegir la “cepa” correcta, empezar con dosis bajas y seguir un protocolo. Aún así, los efectos a largo plazo y la dependencia potencial siguen siendo temas de debate.
Empatogénicos
Dentro del fascinante y cada vez más explorado mundo del microdosing, los biohackers y científicos de diversas partes del globo están realizando importantes avances en las investigaciones de otras sustancias, como por ejemplo el MDMA, comúnmente referido como “la droga de la empatía”. Esta droga se está utilizando en una variedad de contextos sorprendentes, por ejemplo en terapias de pareja: el MDMA puede ayudar a sanar los vínculos y mejorar la comunicación. Además, incluso en situaciones tan delicadas y potencialmente conflictivas como los acuerdos de divorcio, se ha llevado a cabo bajo los efectos de esta droga con el objetivo de llegar a un acuerdo que sea satisfactorio y feliz para ambas partes.
Más allá del ámbito de las terapias de pareja y los acuerdos de divorcio, el uso del MDMA está siendo explorado en una variedad de contextos terapéuticos, para tratar trastornos de estrés postraumático, ansiedad y la depresión. ¿Pero hay alternativas más naturales? Pues si: volvemos a las plantitas.
Stephanie Wang, está super comprometida con ayudar a la gente a sentirse mejor, y para esto, se la juega toda por la Kanna. ¿No la conoces? No te preocupes, yo tampoco, la tuve que googlear. Es una planta mega relajante y estimulante que usan los nativos sudafricanos desde hace un montón de tiempo. Según varios estudios, la Kanna (Sceletium tortuosum) puede hacer maravillas para aliviar la ansiedad y la depresión, te ayuda a lidiar con el estrés y además, te empuja a crecer como persona. Los alcaloides contenidos en S. tortuosum se cree que poseen psicoactividad e incluyen: mesembrina, mesembrenona , mesembranol y tortuosamina. Se cree que puede tener algún efecto sinérgico con el cannabis.
Volviendo a Stephanie, que es super fan de las plantas medicinales psicodélicas y una defensora de la evolución consciente, a través de su trabajo con KA! Empathogenics está buscando simplificar el acceso. Su misión es que la gente entienda que plantas como la Kanna no son peligrosas ni raras y que todos deberíamos poder usarlas para crecer personalmente y sentirnos mejor. Su marca es de lo más happimess que he visto últimamente (tienen un pack de gomitas con journal). Kiiii?
Si este tema te produce cosquillas de curiosidad en el cerebro, te prometo que muy muy pronto voy a venir con GRANDES NOTICIAS al respecto, de la mano de la one en Argentina sobre plantas medicinales, Flor Fasanella. Seguí suscripta para enterarte primero.
Vision aumentada
En el otro extremo de esta gozadera de sentidos tenemos esta semana al lanzamiento de los Vision Pro, los lentes de "realidad aumentada" de Apple. Con un precio de US$ 3.499 en Estados Unidos (¡unos 10 millones de pesos en Argentina!), son bastante incomprables (el autocorrector quiere que ponga “incomparables” pero honestamente me impacta más de momento el precio de venta).
Es el primer gran lanzamiento de Apple en nueve años (desde el Apple Watch) y quiere ser el nuevo juguete preferido para los fanáticos de la realidad virtual, aunque a Apple le gusta decir que es su primera incursión en la "computación espacial". Los Vision Pro han sido aplaudidos por su calidad de imagen de última generación y la experiencia de abrir y cerrar apps flotando en el espacio, usando solo los ojos y los dedos. Pero también han tenido sus críticas, por su peso, por cómo despeina al usuario y por necesitar una batería bastante grandota que limita su uso a solo 3 horas.
Estos lentes de realidad virtual mezclan el contenido digital con el mundo físico. Los usuarios pueden interactuar con el entorno virtual, pero sin perder contacto con el mundo real (ponele). Ya hay 600 apps y juegos especialmente diseñados para los Vision Pro, y aunque anunciaron una alianza con Disney para ofrecer 150 películas en 3D, empresas como Netflix, Spotify y Google todavía no quieren adaptar sus apps para estos lentes (probablemente porque hay otros lentes en carrera para entrar en la futurística pero no tan lejana competencia).
A pesar del precio, ya hay personas que han empezado a usar los Vision Pro en su día a día (si ven a alguien en Argentina caminando por la calle con uno de estos, me avisan). Esto ha generado preocupaciones sobre cómo interactuar en lugares públicos y sobre los posibles riesgos para la privacidad, ya que los lentes pueden capturar y analizar datos en tiempo real. Acá sumaríamos otras preocupaciones de seguridad, sin duda.
Si querés ver cómo se ve a través de los lentes hay montones de videos de usuarios en YouTube (te dejo debajo un link un señor muy emocionado mostrando cómo puede hacer un despiece de una turbina de avión sobre su mesa ratona).
Honestamente, me divirtió más esta mirada del futuro:
(estaba buscando videos hechos por mujeres y me encontré esta maravilla).
Real vs. virtual, la batalla del futuro
Y ahora se viene la pregunta: frente a estas alternativas, ¿cuál te parece más emocionante y con el potencial de darnos más respuestas a nuestros problemas cotidianos? ¿Cuál de las dos formas de aumentar la percepción sobre la realidad crees que tiene más beneficios para nuestro bienestar? Quizás la pregunta es un poco engañosa, ya que si bien los hongos parecen potenciar la capacidad cognitiva, no veo cómo llenarnos la vida de ventanitas puede ayudarnos a combatir la ansiedad. Así que por mi parte, la respuesta está bastante clara.
¿Usarías microdosis? ¿Usarías el Vision Pro?
Para seguirla:
El señor “traumado” con la turbina de avión que ve en sus Vision Pro y uno caminando por MIAMI con las antiparras puestas.
El link a la tienda de KA! Empathogenics.
Música para microdosis: existe y se puede escuchar sin comer hongos. Quizás funciona para relajar en otros contextos.
Más info sobre microdosing en Argentina.
Una conferencia en Helsinki de biohacking que termina con una Conscious Beach Party. Nada, para que sepas que esto existe.
La Fundación Beckley, que es una organización sin ánimo de lucro en el Reino Unido, lleva años haciendo investigaciones súper interesantes sobre los psicodélicos. Amanda Feilding, la fundadora y directora, puso en marcha una serie de colaboraciones con los mejores institutos de investigación de todo el mundo, con un enfoque especial en el LSD.
¡Hasta el próximo jueves!
Vicky......q parecida SOS a Nicole Kidman!!!!!. Son tan lindas!!!!