Hola happimessy! Esta semana estuve indagando en la idea de “autorregular” nuestras emociones y nuestras respuestas (como las respuestas a posteos y comentarios en instagram 🥵). Boom de autoconocimiento mediante y a esta altura del mundo y del milenio, las condiciones para obtener el carnet de madurez emocional están a la vista de todos. ¿O no?
Para dicho carnet, regular es un concepto clave: “necesito regular mi sueño”, “voy a regular mi consumo de azúcar”, “tengo que regular como respondo”. Regular es un objetivo de salud mental, pero… ¿está tan mal si a veces no regulamos tan bien?
La vida solo se puede entender al revés, pero se debe vivir para adelante. —Soren Kierkegaard.
Ay señor Kierkegaard: y si, con el diario de mañana bajo el brazo, todos somos mejores personas.
Definamos un poco: autorregularse es una tarea continua. Si un día procesamos las emociones con música y poesía como Taylor Swift, y otro nos rapamos el cráneo como Britney Spears y atacamos un auto con un paraguas, podemos abrazarnos con compasión. No nos resulta posible transitar todos los diferentes momentos difíciles con el mismo aplomo y gracia.
Son muchas las situaciones sociales, profesionales y personales donde se nos pide actuar en forma “regulada”. Por ejemplo, en el ámbito laboral, se espera que las personas mantengan la calma bajo presión y gestionen sus reacciones emocionales ante el estrés o la crítica, bajo pena de quedar como locas: ¿llorar en el laburo por mandarse una cagada? A la vista de todos, noooo es un montón. Socialmente, se valora la capacidad de mantener la compostura en situaciones difíciles o incómodas: héroe o heroína es quien, en una situación de emergencia llama primero al 911. Mostrar una actitud positiva y sonriente es una fortaleza, mientras que demostrar enojo o frustración puede etiquetarse como “mala onda” en 2 minutos. O sea: hay expectativas y son altas.
Daniel Goleman —psicólogo y autor conocido por su trabajo sobre la inteligencia emocional, la cual incluye habilidades como la autoconciencia, la autoregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales—, dice que la presión de mantenernos calmos bajo estrés o en situaciones difíciles se relacionaría estrechamente con nuestra capacidad para manejar nuestras emociones de manera que faciliten en lugar de obstaculizar nuestros objetivos.
PERO.
¿Qué pasa con emocionarse con todas las emociones? ¿Frenar algunas no nos quita una experiencia valiosa del mundo y de nuestro ser?
Irregularmente saludable
Esconder lo que sentimos tanto que nos lo negamos como experiencia a nosotras mismas, es contraproducente: negar emociones no las hace desaparecer, las reprime. Una remera que diga.
La regulación emocional y la supresión emocional son conceptos relacionados pero diferentes: suprimir es una estrategia que implica ocultar o inhibir las expresiones externas. Es decir, una persona puede sentirse triste, pero conscientemente trata de no mostrar esa tristeza a los demás. La supresión no aborda la experiencia emocional interna, solo se enfoca en el control de la expresión. Aunque puede ser útil en ciertas situaciones y a corto plazo, esto tiene probadas consecuencias negativas para la salud física y mental (aumento del estrés fisiológico, dificultades para las relaciones interpersonales, caída del bienestar emocional).
Hablemos de Britney. En 2007, le toman fotos atacando el coche de un paparazzi con un paraguas después de haberse afeitado la cabeza. Este incidente se ha discutido mucho en términos de la presión extrema que enfrentaba bajo la mirada implacable de los medios y el público, y sus luchas personales. Fue hace poco tiempo que la conversación evolucionó hacia la compasión y el apoyo a su salud mental, especialmente a raíz del movimiento #FreeBritney, que arrojó luz sobre su vida privada, en particular la situación de su tutela y luchó por su autonomía. Es crucial reconocer que el comportamiento "desregulado" puede ser una forma de visualizar problemas profundos que requieren comprensión y apoyo, en lugar de un juicio inmediato. Desde este punto de vista, no regular “bien” algunas veces es parte de la experiencia humana y puede tener varios matices positivos:
Aprender y explorar: "fallar" pueden ser una señal de que necesitamos ajustar nuestras estrategias, buscar nuevas herramientas o simplemente reconocer nuestros límites. Entender por qué ciertas situaciones nos sacan de quicio puede darnos insights importantes sobre nuestras necesidades emocionales y cómo satisfacerlas realmente.
Flexibilidad y resiliencia: la flexibilidad para adaptarnos a situaciones inesperadas y la capacidad de recuperarnos y retomar nuestros objetivos después de un tropiezo, es crucial para la resiliencia emocional.
Compasión y equilibrio: aceptar que todos a veces no hacemos las cosas tan bien, nos ayuda a reducir la (auto) crítica y el estrés por cumplir con estándares poco realistas. A veces, los momentos de desregulación pueden ser señales de que estamos sobrecargando nuestras vidas demasiado.
Qué bien le hubiese venido a Britney charlar de esto en terapia.
4 estrategias efectivas para la regulación emocional:
Reevaluación Cognitiva: implica cambiar la forma en que interpretamos una situación para alterar nuestra respuesta emocional. Por ejemplo, en lugar de ver el rechazo de una idea propia como un ataque personal, podríamos entenderlo como una oportunidad de obtener ayuda para crear algo mejor e incluso co-crear algo diferente.
Atención Plena: enfocarse en el presente, aceptando que las emociones pueden atravesarnos sin definir quiénes somos por siempre, sino solamente como “estamos sintiendo ahora”.
Técnicas de Relajación: el famoso contar hasta 10, la respiración profunda, la meditación y la relajación muscular progresiva son formas de darnos un colchoncito donde “aterrizar” cuando venimos “con toda”.
Expresión Artística: expresarte a través del arte (dibujando, escribiendo, bailando, sacando fotos o haciendo música), es un canal para procesar y expresar emociones de manera saludable, que ayuda además a entender y comunicar los sentimientos. Es la forma más swifty de lidear con las emociones: con una buena canción.
Taylor Swift es un ejemplo interesante, por la forma en que ha manejado sus rupturas románticas a través de su música, creando canciones que expresan sus sentimientos, aprendizajes y reflexiones personales. Ella ha hablado abiertamente sobre cómo la escritura de canciones es su forma de lidiar con las emociones. Al transformar sus experiencias personales en música, no solo logra un catarsis personal sino que también crea una conexión emocional profunda con sus oyentes, quienes pueden encontrar consuelo, comprensión y quizás incluso formas de navegar por sus propias experiencias emocionales a través de sus letras.
Aclaremos algo: amamos a Britney y a Taylor, porque ambas como artistas nos han dado un montón, y cada una, a su manera, han contribuido a la discusión sobre la salud mental y el crecimiento emocional de las mujeres. Ejemplos públicos hay miles, las traigo a ellas como referencias pero estas situaciones no son todo lo que las define. Ellas también son mucho más que una foto y ejemplo. OK?
La cultura del perfeccionamiento continuo y el crecimiento emocional
En los papeles, es positiva: en principio no hay nada malo con querer ser mejor. En la práctica, hay un riesgo: practicarlo de manera rígida, en parte por una idealización del autocontrol y la autosuficiencia. (Te lo digo, me lo digo: personas “luchonas” que creen que cualquier manifestación de vulnerabilidad o necesidad de consuelo o cualquier forma de asistencia emocional es un signo de debilidad o fracaso).
La obsesión por pulir cada aspecto de nuestras vidas hasta que brille puede convertirse, irónicamente, en nuestra kriptonita. Nos lanzamos a esta carrera sin percatarnos de que la vida real sucede en los márgenes de nuestros planes de mejora, en esos momentos imperfectos que tienen su propio encanto. La vulnerabilidad nos enseña que está bien no estar bien, que pedir ayuda no te hace menos competente y que, a veces, un maratón de nuestra serie favorita (con helado incluido) es más terapéutico que cualquier seminario de superación personal.
Esperá: no estoy diciendo que debamos abandonar toda aspiración de crecimiento personal; al contrario, el autoconocimiento es un viaje que vale la pena. Pero, como bien señala Mark Manson en este podcast, hay que saber equilibrar. No se trata de forzar cada día a ser una odisea de productividad y autodescubrimiento, sino de reconocer y celebrar también nuestros momentos de quietud y aceptación. Al final, el mayor acto de valentía podría no ser el conquistar montañas de objetivos, sino el aceptar nuestra humanidad, con todas sus fallas y fisuras. Porque, en ese espacio de aceptación, es donde a menudo encontramos nuestra versión más auténtica y, paradójicamente, nuestra mejor versión.
¿Sentís que la cultura del mejoramiento personal continuo te tiene los oídos cansados? Contame tus emociones en los comentarios.
Para seguirla
Un libro sobre el tema:
Daniel Goleman, La inteligencia emocional. En Audible.
Marc Brackett, en "Permission to Feel" promueve la idea de que reconocer y entender nuestras emociones es crucial para la regulación emocional. En Audible.
Un podcast sobre el tema:
Mark Manson sobre self-improvement (English).
Una película sobre el tema:
"Inside Out": Una película animada que explora el mundo interior de las emociones de una niña. (2015, ahora en Disney+).
"Cisne negro": Un thriller psicológico que muestra las consecuencias de reprimir las emociones. (2010, ahora en Star+).
Una canción sobre el tema:
Clean, de Taylor Swift.
¡Hasta el próximo jueves!
No saben lo hermoso que fue leer su mail hoy. mi energia estos dias estaba para abajo, sentia muy intensa la semana, mucha autoexigencia y leer este mail fue una caricia a mi alma... gracias gracias por estas palabras, me quedo con una frase que decia: aceptat nuestra humanidad con todas sus fallas y fisuras.
Vik, leerte es esperanzador siempre, porque vos lees muchas cosas en nosotras, es tu don! Personalmente, parte de mi crecimiento personal es haber incorporado la frase SOY SUFICIENTE, está bien así... A veces necesitamos decirlo y repetirlo. Buen Jueves!