Lo que las “big pharma” no quieren que sepas
Pero tranqui, igual te vas a enterar. —Por Vik Arrieta
Hola happimessy! Si me seguís en redes ya sabés que me tocó vivir el dengue en primera persona y me puse a estudiar el tema a fondo para entenderlo y poder compartir la información que estaba faltando. Pero lo que no sabés, es que en paralelo venía trabajando con otro proyecto alrededor del tema salud: me refiero al nuevo libro de Florencia Fasanella, Plantas Poderosas.
Quien no conoce nada, no ama nada. Quien no puede hacer nada, no comprende nada. Quien nada comprende, nada vale. Pero quien comprende también ama, observa, ve… Cuanto mayor es el conocimiento inherente a una cosa, más grande es el amor.
—Paracelso
Con esta frase hermosa van a encontrarse en las primeras páginas de este libro, que desborda de conocimiento pero también de amor: amor por la naturaleza, por la curiosidad que nos lleva a investigar y aprender, por el oficio de enseñar y también amor por la humanidad. ❤️
Porque ante todo, lo que busca este libro es devolverle a las personas un poder antiguo que se fue perdiendo en la modernidad: el de interpretar la energía natural disponible.
El despertar de la fuerza
Cuando Flor estudiaba para convertirse en farmaceútica tenía dolores en la boca del estómago que la dejaban knock out. Naturalmente, su primer abordaje fue por el lado de los fármacos pero para su sorpresa, su situación no se resolvía. Esto despertó en ella una inquietud: ¿y si este remedio que tomo no es en realidad lo que mi cuerpo necesita?
Piensen qué salto crítico tuvo que enfrentar Flor para poder distanciarse de lo que escuchaba y aprendía día a día en la Universidad. Una distancia necesaria para habitar la duda. Me parece admirable —pero conociéndola mejor ahora, muy geminiano de su parte— esa capacidad de sostenerse en la desconfianza, ni tesis ni antítesis, porque la intuición dice que algo nuevo puede nacer si se le da suficiente tiempo a una pregunta. Flor investigó, utilizando su propio cuerpo y su propia experiencia. El resultado, provocó un giro total en su vida: recuperó los saberes ancestrales de las plantas medicinales y conectó con una perspectiva novedosa para el abordaje de la salud, la medicina integral. De ese maridaje, nació su método: la Medicina Herbal Integral.
Fitomedicina vs. Fitoterapia
Cuando Flor se acercó a las plantas medicinales fue por su amor por la naturaleza y porque quería curarse de sus dolores. Pero con el tiempo se dio cuenta de que las estaba estudiando intensivamente pero desde un lugar un poco “frío”. Luego se dispuso a experimentar, varios meses, tomando distintas plantas, y allí sintió que lo que la sanaba no eran únicamente sus principios activos sino que había algo más, que las hacía totalmente distintas al resto de las medicinas: que las plantas son seres vivos.
Flor observó que los cambios en ella —y en las personas que empezó a acompañar en procesos con plantas— sucedían no solo en el plano de lo físico, sino también en lo emocional y mental. Esto despertó la idea de que es importante considerar cómo nos vinculamos con lo que ingerimos. Lo define así:
“Cuando tomamos un medicamento simplemente lo consumimos, lo usamos para un fin, es un acto casi automático. En cambio, cuando tomamos una planta, nos damos el tiempo de prepararla, la colamos y luego la tomamos, ese contacto es el que determina el vínculo. Qué distinto es el efecto que nos genera una persona cuando conectamos de forma utilitaria que cuando nos vinculamos. Si yo te uso, es porque me sos útil, si yo me vinculo con vos es porque me interesas como persona. Cuando me refiero a vínculo, lo hago desde el sentido más profundo que se le puede dar a la palabra. Los vínculos nos transforman, nos atraviesan. Las cosas que usamos no.”
Este enfoque ancestral (presente en la medicina china, el Ayurveda y otras medicinas ancestrales) se opone al enfoque de la química moderna, liderado por las farmaceúticas —especialmente las “Big Pharma”, las compañías que lideran el mercado a nivel mundial— que extrae los principios activos de las plantas, los transforma en comprimidos, cápsulas o jarabes, y borra totalmente el origen de los mismos. Esta diferencia puede simplificarse en los enfoques de la fitoterapia y la fitomedicina: la primera basada en una tradición de uso que pasa entre generaciones y la segunda en un concepto científico que estudia a las plantas y a sus principios activos y justifica a través de ellos sus propiedades a nivel biológico.
La tercera vía es el enfoque de Flor: integrar estos dos conceptos. ¿Cómo? Utilizando el método científico para hacer el uso más eficiente de los activos presentes en las plantas, pero sin caer en la moda de la industria que busca que nos desconectemos del origen natural de los mismos. Según Flor:
“No es lo mismo tomar una pastilla de un blister que preparar con tus propias manos algo tan simple como una infusión: Este es un acto de autoamor que, aunque no lo creas, es parte de la curación.”
Lo que las Big Pharma no quieren que sepamos
En este punto te darás cuenta: hay una forma inteligente y científica de utilizar las plantas, y hay una forma amable y humilde que aprende a partir de la experiencia con ellas. Pero no tienen por qué ser formas contrapuestas. La industria las contrapone porque si las personas se interesan por este conocimiento y lo recuperan, la industria farmaceútica pierde negocio.
¿Todo el negocio? No, porque hay situaciones en las que igualmente necesitamos de los fármacos producidos en laboratorios. No podemos hacer todo en casa ni podemos acceder a todos los mecanismos e ingredientes como lo hace un laboratorio profesional. Pero si hay muchísimas cosas que podemos hacer en nuestro “laboratorio hogareño” que siguen la misma lógica que se sigue en los laboratorios industriales. Los resultados de cada abordaje son diferentes, pero no por eso menos eficientes al final.
El enfoque ancestral (fitoterapia) tiene su forma más efectiva y responsable cuando abraza el enfoque científico (fitomedicina), por esta razón es necesario estudiar, avanzar con precaución, y siempre, siempre, siempre hacerlo acompañados por un profesional de la medicina, como tu médico o médica clínica de cabecera.
Todo lo que necesitás saber (del libro)
Este libro reúne la sabiduría de los pueblos ancestrales y la información académica hoy disponible para crear un nuevo punto de referencia que hace posible tener un laboratorio de medicina herbal en casa y beneficiarse de las posibilidad de sanarnos y vivir mejor, de una forma más natural, amable y accesible que la que conocemos (o estamos habituados). A partir de un abordaje integral, nos enseña a comprender la interacción de los sistemas del cuerpo con los activos presentes en las plantas, teniendo en cuenta tanto los aspectos biológicos y químicos como los emocionales, y a identificar que plantas acompañan y potencian al cuerpo en su proceso de sanación.
A lo largo del libro, Flor te proporciona las pautas para crear un laboratorio seguro en casa y las bases para crear un botiquín herbal: contiene 62 fichas ilustradas de plantas medicinales —con sus usos, dosificación y contraindicaciones— y 41 recetas con hierbas para acompañar síntomas en niños y adultos. Además, trae un dossier de medicina herbal para la infancia y el embarazo.
En resumen, el libro contiene:
diferencias entre el consumo de hierbas y medicamentos
errores más frecuentes al usar plantas medicinales
cómo identificar desequilibrios físicos y emocionales en el cuerpo humano, con información detallada de cada sistema (digestivo, urinario, cardiovascular, respiratorio, inmunológico, sexual, endocrino, nervioso, locomotor y tegumentario)
instrucciones para crear un laboratorio seguro en casa
botiquín herbal: 62 fichas ilustradas de plantas medicinales, ****con sus usos, dosificación y contraindicaciones
41 recetas para acompañar síntomas en niños y adultos
dossier de medicina herbal para la infancia
dossier de medicina herbal para el embarazo
glosario de principios activos
glosario de efectos de las plantas medicinales
Algunas cosas más que no sabías
El desarrollo de este libro se extendió por… ¡3 años! Quizás te parece un montón, quizás no, pero en mi experiencia puedo decir que es bastante tiempo para dedicarle a un proyecto editorial. ¿Por qué nos demoramos tanto? Bueno, básicamente porque no agarramos el documento de texto y lo imprimimos como tal como la escribió Flor la primera vez que se sentó a juntar todo lo que sabe. Hicimos un gran trabajo de edición para que la información llegue a las personas que quieren aprender sobre un tema complejo como es la medicina, de una forma que no las haga sentirse incapaces de superar el desafío.
Es que la medicina puede parecer un territorio “peligroso” en el que sumergirse equipados solo con un libro, y en líneas generales, diría que lo es. Pero el conocimiento que contiene este libro esta desplegado con una obsesiva atención al detalle y mucha responsabilidad, pensado para que lo puedan abordar tanto principiantes como las personas que tienen un nivel alto de manejo de vocabulario técnico. ¿Cómo logramos eso? Con mucho diseño, rigurosidad en la edición y glosarios bien completos.
La introducción sienta las bases para el abordaje y es un capítulo obligado para todos. Las fichas tienen los datos organizados de forma metódica para que los datos importantes se accedan rápido y con claridad, con apoyo de nombres científicos para poder realizar traducciones (por ejemplo, si no reconocés el nombre común de una planta porque en tu región lleva otro nombre). Las recetas están escritas casi como una receta de cocina, y los métodos de preparación se desarrollan previamente en el capítulo de laboratorio, para que no haya dudas en cuanto a los objetivos.
Las ilustraciones de Eugenia Hernández —hija de médicos ella, dato no menor— fueron la cereza del postre: buscamos una representación clara pero no extremadamente técnica. No es la intención que puedas utilizar las imágenes para reconocer plantas en forma silvestre: la seguridad ante todo nos pide aclarar que las materias primas deben comprarse a proveedores especialistas, tanto en herboristerías como en viveros. La intención fue acercarnos a este universo botánico y biológico —Eugen también ilustró todos los sistemas del cuerpo para el capítulo donde Flor te enseña a reconocerlos junto con sus desequilibrios frecuentes— desde la maravilla que nos despiertan, con sus formas y colores peculiares.
Finalmente, decidimos que llevaría tapas duras —para ser un tesoro en tu biblioteca por años, para ser heredado en lo posible— y que el tamaño sería lo suficientemente cómodo como para sostenerlo unas horas… ya que descartamos que vas a engancharte en la lectura. Es un libro de consulta, pero que vas a querer leer también de principio a fin, especialmente en los 3 primeros capítulos.
Cuando abrimos la cabeza a la idea de que nuestra salud está realmente en nuestras manos y que tenemos la capacidad de aprender lo necesario para autogestionar nuestro bienestar con respaldo científico, nosotros mismos nos volvemos el tema más interesante de nuestra vida.
Ni scrollear en TikTok o X le gana a esto.
Para seguirla
Hoy, jueves 11/4, a las 19 hs estaremos compartiendo desde la cuenta en Instagram de @monoblock una charla en vivo desde el evento de lanzamiento en Barrio Chino. Obvio, si estás cerca, te esperamos también allá (Echeverría 1663). Flor estará firmando ejemplares.
Acá podés conseguir tu copia de Plantas Poderosas con 10% de descuento y un hermoso póster (¡tamaño 50x70 cm!) de regalo con tu compra, solo hasta el 19 de abril.
El próximo jueves les prometo la Guía para visitar los Esteros del Iberá. Muy pronto más ideas para hacer un poco de escritura meditativa —o journaling— en relación a lograr claridad con nuestro objetivos (como hablamos acá) y retomo el tema “trabajo soñado” ¡que agitó muuuucho el avispero!
¿Nos vemos?
Ay callte que despuesde la astróloga me fui a hacer registros akashicos y vidas pasadas y yo era una curadora sanadora con plantas. Y en diciembre pasado en Italia me mande a pedir unos libros de herboristeria ancestral y sanacion. Y vos ahora con esto. QUE ONDA
Lo necesito en mi vida