Herramientas para adueñarte de tu lugar
Esta semana te acercamos: una reflexión acerca de los múltiples intereses para poner a macerar durante el invierno, una lista de Spotify para los días más fríos, un kit de preguntas para ablandar la pluma y repensarse en esta estación de plena regeneración.
1. Abrazar la multiplicidad de yoes en tu vida:
Hace unos días hablaba con una amiga muy millennial por cierto, pero bastante parecida a mí, de oficios y vocaciones de vida. Resulta que con distintas edades e intereses tenemos una inquietud parecida. ¿Qué nos pasa a las que tenemos muchos intereses en simultáneo? o peor: ¿qué pasa cuando vamos cambiando de interés de tanto en tanto? Las curiosas, las apasionadas, las que buscan la novedad, todo un dilema encajetarse en un oficio, poner orden, contar lo que hacemos.
Todo este asunto puede ser una condena o una fiesta interminable, donde nunca terminamos de agotar nuestra ocupación, porque esta va mutando constantemente. Todo depende del enfoque, si nos resistimos o le sacamos provecho.
Es cierto, hablábamos, que en este formato de correr detrás de la curiosidad constante y no tanto del CV lineal, puede pasar que nos volvamos unas testers seriales, que vivamos una vida muy rica pero con disciplinas menos afiladas o profundas. El expertise queda relegado a cambio de la búsqueda constante de pasiones.
Quizás las personas que somos así no vinimos a esta encarnación de descollar en una actividad particular, si no a ser buscas constantes y hacer de eso un estilo de vida. Quizás nuestra vocación verdadera es la búsqueda constante. Algo de trabajo habrá que hacer para no caer en la frustración cuando tenemos que enfrentar la parte de volver a arrancar todo el tiempo, de hacer cosas que no sabemos bien cómo hacer, de desenamorarnos de la pasión actual porque ya estamos vibrando la siguiente.
Cerrando esta nanoreflexión, creo que siempre es más rico seguir el llamado interno que sufrir intentando ser alguien que no somos.
Pensaba en esos arquitectos y constructores que compran casas en ruinas, las reciclan y cuando están bien bonitas, perfectamente funcionales y terminadas, las venden al mejor postor. Quizás nunca llegan a disfrutarlas como harían sus compradores, pero yo no soy nadie para decirles a ellos qué es lo que hay que disfrutar. Quizás el motor de estas personas radica en el movimiento, en sacar un Ph de la ruina y convertirlo en el cisne más bello del real estate barrial.
Volviendo a nosotras, a Flora, a mí y seguramente a muchas de ustedes que están leyendo, nos pasa que oscilamos entre distintas vocaciones, que nos hacen sentido, que nos representan hoy y que van mutando, subiendo o bajando según el momento de vida. Estoy segura de que todas podemos afirmar que tenemos el motor búsqueda de identidad verdadera más vivo que nunca.
2. Hibernar en acción:
Volviendo a temas menos trascendentales, pienso que las distintas estaciones del año nos van llevando sin darnos cuenta por moods completamente distintos. ¿No sienten que en alto verano son mucho menos productivas en términos lineales que durante los meses fríos?
Así como abrazamos las que somos en el momento que somos, también hay que entregarse (esto lo venimos anticipando todo el otoño, no digan que no) a la estación climática actual. Para esto les proponemos el siguiente concepto rector: hibernar en acción. Se basa principalmente en sacarle jugo a la estación actual, de darle a cada momento del año su espacio.
El verano es muy para afuera y a no ser que les toque ser muy caseras, invita al movimiento, los sociales, los viajes y escapadas, las distracciones... ¿Cuáles son todas esas cosas que dejamos de hacer durante los meses de calor que podríamos concretar en invierno? Aquí alguna ideas:
Tips para una hibernación inteligente:
Si los días duran menos: ¿no sería una idea muy genial aprovechar para dormir antes y descansar mejor? Sabemos que luego llega la estación con sus múltiples tardes de cervecitas callejeras.
Quizás es el momento del año donde vemos menos gente, cultivamos más mirada interna, leemos más, escribimos más, nos permitimos apoltronarnos sin pudor.
Es el gran momento del año para hacer un revamp hogareño: desde mover muebles, incorporar nuevos, bucear productos usados o nuevos en distintas redes y plataformas de venta online. Mover energía en el nido reactiva al propia.
También es un gran momento para estudiar: cursos online breves, workshops, talleres de actividades manuales. Todo lo que sea indoor y que se integre a la dinámica del hogar. En los meses de calor, paseos y vida social, la cursada peligra.
Cocinar. Aprender a hacerlo o hacerlo como programa hogareño. Cocinar para el día o tomarse una mañana de domingo con buena música y pantuflas a prueba de manchas a preparar conservas, mantecas de frutos secos, crackers, pickles, mayonesas vegetales, panes y sus derivados, guisos y sopas en volumen para congelar.
3. Todo se resuelve con música:
Resulta que para acompañar todo lo dicho, armamos una playlist, para representar esas que somos ahora: invernales, entregadas a la piel transparente, aprovechadoras (o no) de los múltiples tratamientos de autocuidado y belleza invernales, abrazando los meses sin depilación obligada o pies hechos. Siendo amas y señoras de nuestro hogar, nuestra jogginetta prefe, los bailes en la cocina, los encuentros más íntimos.
4. Kit de preguntas (para adueñarse de una misma):
"Esto es tan yo"
Es es un poco el leitmotiv detrás del tema del mes "adueñarte de tu lugar" y es de tanta simpleza y certeza que abruma. Me invita a hacerme un montón de preguntas que compilé en un kit. Esencial la temporalidad presente, porque todo lo que nos representa hoy, no lo hace mañana.