"Fingir fiesta": 12 ideas para pasarla mejor en diciembre
Parece que Santa está llegando a la ciudad pero con el precio de la nafta ya estaría pegando la vuelta… —Por Vik Arrieta
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Hola happimessy! ¿Cómo andamos? ¿Más happy y más messy que nunca? Claro que si.
Llego el mes más desquiciado del año, ese en el que intentamos celebrar pum para arriba mientras lidiamos con todo lo que nos baña de realidad, pues… Candyland no existe. No hay festejo que transcurra sin algún tipo de crisis: familiar, romántica, logística, económica. Y el estrés que nos genera ponernos ese objetivo de brindar a la medianoche del 24 con luz en el corazón, digámoslo, es real y es absurdo.
Este año en Argentina además estamos bien profunda e inexorablemente “en una”. Ya no importa a quién votamos o si no votamos, el futuro se manifestó y trajo su paquete de medidas. Con una sensación de “Y ahora qué…”, te comparto la frase de esta semana:
Querido Papá Noel: esta Navidad solo quiero que me traigas la tarjeta más bonita…
Tu tarjeta de crédito.
Si, el humor nos salvará. Pero para darle un mano, también traigo 12 ideas para atravesar lo ríspido, incómodo e incluso deprimente de este mes.
1. Preguntate para qué te vas a juntar con gente que no te cae bien
Digámoslo todo: quizás estás acompañando a tu pareja, quizás tenés que llevarle los nietos a tus propios padres, quizás no podés evitar la fiesta de la oficina porque después tenés que dar explicaciones. Ojo, a veces esos “mandatos” nos los ponemos nosotros y si tiramos la bomba de humo, nadie nos reclama nada. Pero sentimos que no estamos cumpliendo con algo que nos deja un cierto vacío. Entonces…
2. Bajá las expectativas, respirá profundo y salí a buscar la estrella de Belén cada tanto
Si vas a ir a una fiesta que no te convoca, no te prepares para pasarla genial: aceptá que será un desafío. Pensá de antemano que puede fallar y si necesitás tirar mini bombas de humo, salí a balcón, patio, calle y desactivá la fuente de enojo con distancia. Aprovechá para llamar a amiguis que te hagan sentir bien o mirar videos de gatitos.
3. Anticipá a la familia lo que no querés que pase
Un poquito de límites pre acordados puede hacer maravillas. No hace falta sumergirse en lo que no está resuelto justo esa noche, que sirva por el contrario para reforzar lo que sí nos une. Vale tanto para definir el menú (las personas veganas están asintiendo ahora), el clima musical o el intercambio de regalos.
4. Decí que no
Suena simple, pero recordarnos a nosotras mismas que las personas sobrevivirán si, por ejemplo, rechazamos cortésmente los gestos físicos que pueden hacer que nos sintamos incómodas, como abrazos y besos, o digamos con calma que no queremos participar de ciertas conversaciones en la mesa de la cena, puede ayudarnos a sentirnos más cómodas.
…Al igual que recordar que no somos responsables de cómo reaccionan los demás cuando establecemos un límite: solo somos responsables de comunicarlo correctamente. —Brandon A. Shindo, LCSW, cofundador de K&B Therapy, Inc.
5. Seteá acuerdos de antemano, especialmente con la gente que ya sabés que no compartís puntos de vista religiosos o políticos
Una cosa es discutir si el pan dulce es con chips de chocolate o fruta abrillantada, otra pretender lograr una postura unificada sobre el rol de la Iglesia Católica en la política mundial, el derecho al aborto, o la responsabilidad de los últimos 5 a 10 presidentes en el estado actual del país. Para desactivar una conversación que se pone incómoda, puede funcionar muy bien establecer una palabra clave (acuerden de antemano cuál es). Ejemplo: VITEL TONÉ.
Cuando ya el tema se fue al pasto: “PASAME EL VITEL TONÉ”, “QUÉ RICO TE QUEDÓ EL VITEL TONÉ”, etc. Guiño guiño y a otro tema. Si una persona no puede cortar, se la invita a retirarse a la cocina unos minutos. Lo fundamental es que estas reglas estén dichas de antemano.
6. Creá tus propias tradiciones y rituales
Si la propuesta heredada no te cierra, ejercé tu derecho a la rebeldía y armá tu propio abordaje de la temporada de fiestas. Quizás es irte siempre de viaje, quizás es armar el arbolito en Noviembre, quizás es hacer “Santa invisible” con la familia, quizás es una cena 100% vegana, quizás es regalarse únicamente cosas que no hayan comprado. No tenés que hacer cosas que no tengan sentido para vos. Pero si tiene sentido hacer las cosas que te generen un impacto positivo, no te las niegues.
7. Hace la reunión en tu casa
Lo lindo de llevar a todos a tu territorio, es que es más fácil proponer las reglas. Si la comida es un tema, es más fácil controlar lo que llega a la mesa. Si la decoración “fea” te deprime, si la música para vos es un factor decisivo, si tu espacio se presta mejor para la dinámica de ir a esconderse un rato… todo es más manejable cuando sos anfitriona. Sí, hay que limpiar más. Evaluá pros y contras.
8. No vayas
Si el sentimiento de no pertenencia es muy fuerte, si la cosa está quebrada, si sabés que vas a la guerra, no vayas. Las fiestas son momentos de emociones a nivel gota que rebalsa el vaso, y es posible que en algún caso, una ausencia duela menos que una confirmación.
9. Celebrá con la familia “elegida”
No siempre es fácil armar las fiestas entre amiguis, pero también es buena opción adoptar a la familia de una amistad como la propia para las fiestas. Nadie quiere que alguien pase la Nochebuena en soledad, pero hay que solicitar esa posibilidad con claridad, porque todos asumimos que la tradición manda. Quizás tus amigos no se imaginan que preferís o que incluso necesitás que te hagan un lugar en su mesa. Decilo sin miedo.
10. Respetá tus ganas
Si este año perdiste a alguien, si alguien importante no está, si tenés ganas de hacer un ritual especial, si tenés ganas de llorar en el brindis, respetate. Se llaman “fiestas” pero en realidad nadie dice que la tristeza no esté invitada a la mesa: es una emoción válida y que le da sentido también a la celebración, porque si algo nos pone tristes también nos está diciendo qué cosas nos importan y qué cosas valoramos en la vida. Pero la vida no es solo una cosa. Entonces celebrar con una buena llorada, es también darnos el espacio para hacerle lugar a lo que necesitamos, a lo que deseamos y a lo que, cuando estemos para esa, vamos a ir a buscar.
11. Planificá un poquito
La logística de las fiestas tiene dos modos: cada quién hace lo que le parece o lo que puede, o alguien manda una lista de tareas. En el primer escenario siempre hay alguien que se carga al hombro más de lo que podía y alguien que, con culpa o no, llega con las manos vacías. En el escenario 2, la carga mental (y económica) se reparte con anticipación y el disfrute queda mejor distribuido. No es de Grinch repartir tareas, solo asegurate que las personas que reciben una tarea puedan con ella, que no les signifique una carga. Preguntá claramente si están para colaborar, si entienden lo que tienen que hacer, otorgá el espacio en la conversación para discutir el sentido de la tarea y las alternativas. Si la fiesta es entre todos, es entre todos.
12. Larga el perfeccionismo, abrazá el quilombo
No va a ser la postal del sueño americano, acá ni siquiera nieva. Si se parece a algo, probablemente sea más a la mamá de Kevin revisando la cartera en el avión, recordando que hay algo que se olvidó.
No corras a levantar la mesa, no cambies el mantel para el postre si el otro se manchó, no llores si no llegó el pan dulce porque alguien se olvidó de comprarlo o si son las 23:30 y no quedó más espumante. No es un escenario, no es una película, no lo estás montando para instagram: es para tu memoria y la de las personas con las que compartís un día especial. Quedate con eso. Lo que recordamos es lo que nos emociona y nos significa. A veces, es un vitel toné de la ostia. Pero la mayor parte de los recuerdos felices, están en la alegría que compartimos. Es por ahí.
Para seguirla:
La versión monoblockera de la fiesta navideña entre amiguis.
Una casita de jengibre versión Mid-Century Modern.
El Calendario de Adviento a beneficio de Una Posta en el Camino, del que todavía podés participar en Monoblock.
White Christmas versión Ukelele para sorprender a todos con tus dones musicales.
Arbolitos de navidad blancos decorados solo por el placer de verlos pero también porque tiran ideas de deco interesantes.
Wallpapers para el teléfono, que pueden ser utilizados de manera irónica.
Los mejores adornos navideños del mundo mundial, cariiiísimos.
Esta lista navideña tropical de Spotify.