Hola happimessy! ¿Me extrañaste? Siiii, te desaparecí. Perdón por no avisar. Digamos que me tomé una licencia (muy necesaria, luego de tantos años ininterrumpidos de servicio a la comunidad) y a la par conduje un experimento: ¿cómo se sentía no escribir “obligatoriamente”? Spoiler alert:
Se sintió muy bien.
Los artistas sabemos que para que la musa nos encuentre tenemos que estar disponibles y que eso significa “haciendo sin parar”. No importa que tipo de arte: pintar, componer, bailar, diseñar o escribir, la cuestión es estar en movimiento. Pero también es cierto que el silencio y el vacío son grandes productores. Muchas veces las mejores ideas nacen de la posibilidad de darle vueltas y vueltas a lo que parece “la nada misma”, hasta que de repente ya no lo es y empieza a ser “algo”.
En apariencia, esto es una gran contradicción: ¿hay que sentarse a escribir “para que” aparezca el libro de tu vida o hay que dejar de escribir “hasta que” aparezca el libro de tu vida? ¿A qué recomendación le hacemos caso?
Será mi mente geminiana pero a mi me hace sentido hacer las dos cosas. Hay que dejar de hacer “siempre lo mismo”, aunque hay que seguir moviéndose para que las ideas aterricen. Lo que pasa es que a veces no se nos ocurre como hacernos presentes en nuestro “hacer” sin repetir las fórmulas aprendidas. Para seguir con el ejemplo, habría que seguir escribiendo… pero otra cosa. En particular, de algo que no se sienta como un mandato o una obligación. A veces esa presión viene por el lado de la productividad: hacer algo que no tiene sentido. No tener un plan de acción: que la acción sea el plan.
¿Te hace sentido? Podés citarme.
De todas formas no sé si estoy escribiendo algo tan distinto a lo de siempre, pero quizás a veces el movimiento es mínimo, chiquito… pero funciona. Pensá cómo lo podrías probar en tu vida.
No siempre hay un plan (pero siempre hay una agenda)
Para les curioses este último tiempo estuve ocupada cerrando archivos de agendas, preparando la nueva web, creando campañas para lanzamientos (tuvimos uno por mes), recibiendo y acomodando a un nuevo (gran) equipo de marketing, creando sistemas de información con Airtable para administrar y gestionar los productos, reuniéndome con artistas, creadores de contenidos, empresas que quieren colaborar con nosotros, en fin: enfocada en ser CEO de este pequeño-no-tan-pequeño universo.
¿Suena grandilocuente? Naaaa es muy terrenal. Si tu fantasía es que ando en saco y tacos aguja, pues no: más bien borcegos con medias de invierno. Luna en Virgo se mueve por el lado de la practicidad.
También estuve recolectando inspiración para mi próximo proyecto, del cual todavía no tengo ganas de contar nada, porque no quiero que contar se vuelva una obligación a cumplir. Me gusta en su etapa “sueño”, con una gran apertura de posibilidades de “plan”.
Y en el medio, me animé a pensar un producto nuevo para Happimess, que si todo sale bien, llega muy prontito también. ¿Pero sabés que llega pronto también?
Las agendas. Cómo amo hacer estas agendas.
Es el desafío más loco del mundo y lo hago hace 10 años sin parar: entre 4 y 8 tapas por año, distintos interiores (semanal, diaria, 2 días por hoja y desde 2023, se sumó la emprendedora “mi superplán”). Seguro que alguna frase van a encontrar repetida porque hay frases que me encantan, me parecen poderosas y las quiero repetir, pero los artes… esos sí que se revisan todo el tiempo. Este año de todas maneras estuve un poco más “alineada” en estilo a lo que creé el año pasado. Pronto lo van a poder apreciar y comentarlo (¡idealmente con su compra!). Quizás en algún punto la exploración está más “certera” porque sigo aprendiendo a enfocarme más.
Foco Victoria, foco.
¿Saben que estoy haciendo poco? Adivinaron: redes sociales. Me da un poco de pena y todo el tiempo me pregunto por qué. ¿Siento que desperdicio toda mi llegada a esas “seguidoras”? Puede ser, mi pulso de contagiar inspiración y divulgar que se pueden hacer cosas hermosas es permanente. Después me acuerdo que mi llegada es mucho más grande a través de todo lo que hago en Monoblock y Happimess y me calmo un poco. Bánquenme, quizás todavía tengo que entender cómo estar en las redes digitales en esta nueva era, pero de momento me seduce mucho más el mundo tangible.
Cositas inspiradoras
Esta nota de infobae sobre la caída de los influencers tal como los conocemos: https://www.infobae.com/opinion/2024/08/21/se-acabaron-los-influencers-famosos/
Ustedes saben que yo soy editora antes que cualquier otra etiqueta, por lo que me hace mucho sentido que volvamos a preferir “humanos” editando los contenidos en vez de inteligencias artificiales (que no desprecio, para nada, pero simplemente carecen de “historia personal”… ¿cuál es el recorrido particular de la AI para hacerme una recomendación? Pues ninguno, es universal. ¿Me puedo identificar con eso? Difícilmente, quizás para temas universales… pero el resultado es que nos quedamos en la capita superior de las cosas, la crema. Y a veces necesitamos la borra).
Este reel sobre “showing up”:
En línea con lo que arranqué esta nota, hay poder en hacerse presente. Me gustó su ángulo: eligió algo que no le gustaba hacer (no era un lugar cómodo, ese me parece el punto clave) para potenciar algo en sí mismo y le dio profundidad a su búsqueda a partir de sostener la presencia en el tiempo. Para mi, un desafío cuasi zen. Pero después pienso que ir 3 veces a Pilates y limpiar la casa con cariño es esto para mí. Así que tan imposible no es.
Este reel sobre la huella de carbono de la AI:
Últimamente estoy usando mucho ChatGPT, pero no para preguntas estúpidas sino para generar código o fórmulas (les dije que estaba trabajando mucho con Airtable, soy un techie girl in disguise) y también para generar imágenes (que después intervengo o utilizo como base para crear ilustraciones). Pero a veces le consulto un sinónimo y después me acuerdo de este video: NO VICTORIA, para sinónimos hay que usar Google porque nos quedamos sin planeta. ¿Esta selectividad de uso de herramientas será algo del futuro finalmente? ¿Elegir cuando usar una máquina u otra de acuerdo a su huella de carbono? Mientras tanto, yo sigo comprando árboles para compensar la huella de Monoblock y pienso en la importancia de la “autonomía energética”. Básicamente, producir tu propia electricidad (con paneles solares o un molino de viento). Si el futuro viene con campos de servidores en la Patagonia, creo que el costo de la electricidad puede ser algo que, si ahora nos preocupa un montón, más adelante… *inserten emoji o meme de su conveniencia*.
En fin, gracias por leerme. ¡Ahora te leo yo en los comentarios!
Hasta pronto, que no sé exactamente cuándo será.
Pero me gusta este misterio.
Vik
Hola Vik, yo soy nueva por aquí, soy de México, compre tu agenda de 2024 casi a finales de Julio, pasé como 3 veces por el local antes de decidirme comprarla, ¿por qué? pues porque sólo me quedarían 5 meses para usarla, pero me encantó tanto que decidí comprarla! y no sabes como lo festejo, me abriste un mundo, no sólo con un producto con el cuál me siento impaciente por usarlo, por cargarlo a diario en mi bolso. Me abriste el mundo del newsletter que no sólo estoy encantada por leer, sino, también por escribir y explorar mi interior, expresarme y sentir un apapacho por ello. No me queda más que agradecerte de corazón y mencionarte que tengo mucha emoción por obtener la Agenda Happimess 2025. Abrazo.
Hola Victoria, qué chévere estuvo leerte. Me reconfortó eso de “El silencio y el vacío son grandes productores” porque es algo que estoy eligiendo hacer hace bastante tiempo, y por un momento pensé que “Estaba loca” o que necesitaba mostrarle al mundo en que ando para que eso empezara e tener valor, muy loco. Me gustó mucho como saltas de un tema a otro, eso es 😱
Besito